"Hola, me llamo Karen y soy de Dinamarca. Este es mi bebé, Agosto. Grabo este vídeo porque busco a su padre –dice una joven rubia, mirando a cámara con su pequeño en brazos–. Nos conocimos una noche hace año y medio, estabas de vacaciones aquí en Dinamarca. No recuerdo de dónde eres ni cómo te llamas (...) Fuimos a mi casa y, sí, tuvimos sexo. Cuando desperté te habías ido".
El vídeo, de tres minutos de duración, tiene a Dinamarca indignada. Y no precisamente porque un forastero se largara dejando a una compatriota encinta, sino porque la tal Karen no existe. Es una actriz, protagonista de una insólita campaña publicitaria para promover el turismo. Para más inri, lanzada por Visit Denmark, una entidad pública.
Políticos, medios de comunicación, feministas y ciudadanos han puesto el grito en el cielo. "Nos resulta cansino –dice Majken Lundberg, del Consejo de Mujeres–. Promueve los estereotipos sobre las mujeres escandinavas y Dinamarca, como si estuviera llena de rubias dispuestas a acostarse con cualquiera. Que se usen estereotipos para atraer turistas es un poco triste. Que lo haga una autoridad pública es aún peor". Otros creen que promueve la promiscuidad y el sexo sin protección.
El rechazo ha sido tan unánime que Visit Denmark ha tenido que retirar el vídeo y hacer acto de contrición. "Ha sido un gran error", dice Georg Sørensen, presidente del consejo de administración, que no sabía del vídeo antes de su difusión. Fuentes de la gestión de la campaña explican, bajo anonimato, que querían contar una historia "dulce y divertida de una mujer en una sociedad abierta, donde es libre de tomar sus propias decisiones".
La campaña pretendía ser el no va más del marketing viral (vía redes sociales). Y lo ha sido (a costa de las danesas): el vídeo acumulaba ayer más de dos millones de visionados en YouTube, y las búsquedas en Google sobre Dinamarca se han disparado, con lo que realmente ha sido bastante efectiva.
Vía La Vanguardia
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