Comenta "El mundo" en su suplemento del domingo que los adultos empiezan a reemplazar en Japón la tele por la Wii.
A pesar de que la tele ha sido durante décadas la reina indudable del entretenimiento en el hogar, ahora comienza a vivir horas bajas. Las consolas de nueva generación empiezan a restarle audiencia incluso en la intocable franja del prime-time. Wii, Xbox 360 y PS3 están conectadas al televisor principal de la casa y, cuando se juega con ellas, no se ve la tele. A partir de ese momento, no importa quién tenga el mando a distancia; el poder es de quien tiene el control de la consola.
Hasta hace un año este mando solía estar en manos de los más pequeños. Una partida con la máquina antes de cenar y al irse a la cama los niños los padres recuperaban el poder en el salón. El problema es que desde hace un año, los padres también han empezado a jugar. El motivo tiene un nombre y ese nombre tiene sólo tres letras: Wii.
Orientada a un público más diverso gracias a su mando de control con sensor de movimiento y sus juegos poco convencionales, la Wii de Nintendo ha conquistado al público adulto, especialmente al japonés. La consecuencia, según un artículo en el diario británico "The Times", es que las familias japonesas pasan menos tiempo viendo la televisión y más dándole al videojuego. Desde la llegada de la Wii el prime-time del país ha caído en picado. A día de hoy, en el momento de máxima audiencia, ninguna cadena consigue captar la atención de más del 9% de los espectadores, una cifra impensable en la era pre-Wii y que de repetirse en España haría inviables la práctica mayoría de canales de televisión.
¿Sucederá por aquí? Pues quizás sí. Lo que es indudable es que la atomización de audiencias es una realidad que va a más y que, en consecuencia, hacer publicidad efectiva y que llegue a masas va a ser más y más caro.
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