Leo en las noticias que la cadena de tiendas Fopp va a cerrar sus puertas en el Reino Unido. Es una pena porque la verdad es que ofrecían discos, libros y vídeos a precios irresistibles. Lo que pasa es que es un síntoma de que los tiempos están cambiando en lo referente al consumo de música.
En concreto, leyendo el periódico veo noticias de varias empresas que quieren ofrecer descargas legales de mp3 a cambio de publicidad.
Por un lado, SDC, una empresa suiza líder en tecnología de DRM para móviles acaba de anunciar que ofrecerá descargas musicales a clientes de algunas de las empresas de telefonía con las que trabaja en Australia a cambio de que vean publicidad en sus terminales y, si lo estiman conveniente, hagan clic y visiten a los anunciantes (no se les obligará). Lo interesante del sistema que planean es que su tecnología permitirá saber qué hace el usuario con la música una vez que la descarga. Además, vinculará los gustos musicales con el perfil del usuario. Así por ejemplo, ofrecerá anuncios de maquillaje para adolescentes que se bajen el último éxito de Sugababes. Si es un éxito y dado que también tienen acuerdos con Telefónica, Orange y Vodafone, quizás veamos el sistema en España en unos años.
Otra empresa que ofrece algo similar es Spiralfrog, una página web que ofrecerá descargas legales y gratuitas de mp3 a finales de año con un modelo similar al anterior aunque inicialmente únicamente para los residentes en Canadá.
Por otro lado, We7 es una empresa británica que lleva un tiempo funcionando y te permite que te descargues un mp3 pero que le añade una cuña publicitaria al principio, aunque tras cuatro semanas el anuncio se borra y, además si quieres, puedes conseguir un mp3 de mayor calidad por un pequeño cargo.
Esto es parecido a lo que últimamente hace Bit Torrent, que ha decidido añadir publicidad al principio y al final de los archivos que permite descargar para así legalizarlos-
Finalmente, las grandes discográficas como Sony BMG han acordado colaborar con QTrax, un sistema que permite compartir archivos musicales legales y en el que también se inserta publicidad. No obstante, aquí las canciones ni se pueden grabar en CD ni en un reproductor mp3. La idea es que cuando la gente descubra un grupo gracias a QTrax, se motiven y vayan a comprar el CD.
El caso es que muchos presuponen que la publicidad es el Santo Grial con el que hacer frente a las descargas ilegales. Personalmente, dudo que la publicidad pueda sufragar los enormes cánones que demandan entidades como la SGAE a no ser que estos últimos negocien y se adapten a los tiempos actuales.
No obstante, dados los grupos de edad que descargan este tipo de canciones, considero interesante considerar a estas empresas. Al fin y al cabo ofrecen una manera fácil y no creo que muy cara de llegar a un segmento de la población por el que los anunciantes pagan barbaridades en televisión.
En definitiva, la publicidad en las descargas de mp3 puede ser un interesante campo de batalla en el que posicionar determinadas marcas que desean llegar a una audiencia joven a toda costa.
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