"Cada vez que voy a la playa soy el centro de atención de todas las mujeres". Lo dice un supuesto zaragozano residente en Río de Janeiro. Ha sabido de la existencia de un fármaco tipo Viagra y ante la demanda sexual de las mujeres brasileñas pide información sobre él. Para ilustrar su circunstancia incluye la fotografía de dos jóvenes de aspecto aniñado. "Como comprenderá al ver las chicas que salen en la fotografía que le envío, es exactamente lo que necesito", escribe el personaje al doctor. Es la primera de una serie de tres misivas que los laboratorios Bayer, al más puro estilo del spam en Internet, han enviado a 40.000 médicos de atención primaria y farmacéuticos de toda España para promocionar Levitra, un medicamento contra la disfunción eréctil, su alternativa a la Viagra de Pfizer.
Las quejas de farmacéuticos y facultativos (el laboratorio reconoce que ha recibido 30) les han obligado a retirar la campaña y enviar un comunicado en el que piden disculpas. La segunda carta tiene un tono muy similar: el testimonio de otro personaje con el que "las chicas quieren estar a todas horas", esta vez vive en Ibiza, y que reconoce problemas sexuales ocasionales. La tercera es de un ficticio marido devoto, que conoce a los anteriores e implora a los médicos el nombre del medicamento para hacerle un "regalo" a su mujer. "Estoy cansado de regalarle flores, bombones u otros obsequios que no plasman mis verdaderos sentimientos hacia ella", dice. Los profesionales sanitarios tenían que esperar hasta el cuarto envío para leer algún contenido informativo: los resultados de dos estudios científicos que avalan la eficacia del fármaco.
Una de las personas que se han puesto en contacto con el laboratorio para manifestar su indignación al recibir la primera entrega es una médica de familia del centro de salud Calesas de Madrid. "Una cosa es que te metan el producto por los ojos y otra cosa es que haga daño al entrar", dice la doctora, que tiene dos hijas adolescentes y que, como muchos compañeros de su centro, considera la publicidad "retrógrada y machista". Su queja fue atendida el lunes telefónicamente por María del Lluch González Vergara, responsable de marketing de Levitra, que se disculpó en nombre del laboratorio. "Me dijo que con el resto de envíos comprendería la intención de la campaña, pero que si me había resultado ofensivo el primero sería mejor no abrir el segundo", explica la doctora.
González Vergara dice que el tono coloquial de la campaña responde al que los pacientes usan con los médicos porque les resulta violento explicar sus problemas de impotencia. "Una vez atendidas las quejas he sido consciente de que no era el idóneo", añade. Farmaindustria, la asociación que agrupa a los laboratorios de España y actúa como organismo de autorregulación de sus prácticas comerciales, también recibió las primeras quejas el viernes y estudia elevarlas a su Unidad de Supervisión Deontológica.
Para lanzar una campaña de difusión de un producto entre profesionales sanitarios, los laboratorios sólo están obligados a enviar toda la documentación de la misma al organismo autonómico correspondiente, en este caso la Subdirección de Medicamentos de la Generalitat de Cataluña. El cumplimiento de este trámite no conlleva el visto bueno a la campaña. Según Juan Blanco, director de comunicación de Bayer, el contenido de la campaña "está sujeto a interpretación y es completamente legal de acuerdo con los asesores jurídicos de los laboratorios", aunque reconoce que es controvertido y se presta a confusión.
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