Unos contenidos diferenciados y de interés, y una configuración sencilla y bien estructurada conforman la única receta para aparecer en la primera página de resultados del portal estrella. El camino es lento: puede llevar hasta un año de trabajo.
Google ha revolucionado el modo en que las personas acceden a la información. Aparecer entre los primeros resultados de una de sus búsquedas es, para muchas empresas, la clave para darse a conocer, afianzar su imagen, mejorar las ventas y aumentar sus tarifas publicitarias. Pero, ¿cómo conseguirlo?
Hace años, las búsquedas se realizaban a partir de palabras clave. El programador de cada página podía manipular con relativa facilidad estas palabras para conseguir un aumento de las visitas. Pero el resultado era que muchas búsquedas por Internet se convertían en experiencias frustrantes para los usuarios.
PageRank es el nombre que recibe la calificación que asigna Google a cada web. Oscila entre el 0 y el 10, siendo 8 ya un valor muy difícil de alcanzar. No se puede comprar un PageRank más elevado.
El sistema PageRank es el resultado de un complejo algoritmo de más de un centenar de variables, que parten de una sencilla base: si otros te recomiendan, significa que posees valor.
Esta recomendación se puede realizar a través de enlaces, conectores a Facebook, Twitter o YouTube, o incluyendo banners de publicidad.
Respecto a los enlaces (o links), cuanto más populares sean las empresas que le recomiendan, mejor. Y viceversa: es importante que la página de su compañía contenga enlaces hacia otras webs, y la calidad de éstas es muy relevante.
Del mismo modo, Google valora muy positivamente la conexión de una web a comunidades como Facebook y Twitter: esto denota una intención de mejorar la comunicación entre la empresa y el usuario-consumidor. En definitiva, para un buen posicionamiento en Google, cada vez es más importante mirar más allá de la página web que se quiere promocionar.
“Ya no sólo se trata de que una página web sea fácil de encontrar, sino de que tenga un contenido que guste a los internautas, para que éstos lo comenten con sus amigos. Hoy, el 50% de las visitas de una campaña digital procede de la viralidad”, asegura Fernando Lázaro, director de área creativa de la agencia Btob. “La viralidad, a efectos prácticos, significa conseguir un impacto mayor sin incrementar el gasto”, añade.
El primer buscador premia también a aquellas páginas web que contienen asuntos de interés público. Por ejemplo, si Google comprueba que muchas personas escriben Shakira en la casilla de búsquedas, favorecerá a los portales que contengan referencias a la cantante colombiana.
En definitiva, el punto de partida para caerle bien a Google es contar con unos contenidos interesantes y dinámicos, con enlaces hacia otros sitios online de interés y conectores con las principales redes sociales, y conseguir que otras web reconozcan estos esfuerzos.
También es indispensable configurar bien la página desde el punto de vista técnico. Google no es capaz de indexar configuraciones muy complejas.
Lo ideal es contar con una estructura sencilla –no por ello simple–, en la que todos los contenidos tengan un orden lógico y las páginas que compongan el sitio web estén claramente definidas y conectadas entre sí.
Los buscadores consideran positivamente, así, el número de páginas de las que dispone un sitio web y, en el caso de Google, la cantidad de contenidos de cada una de las páginas. Por lo tanto, es recomendable trabajar periódicamente en la creación de nuevas páginas que generen contenidos para ir escalando posiciones.
Todo ello, sin olvidar ciertas pautas al rellenar los formularios de configuración de las web. Se trata de identificarlas con palabras clave que tengan relación con el contenido de la página, pero sin abusar. Por ejemplo, no se deben introducir repetidamente en todos los distintos elementos de configuración (como el Title, la URL, los H1 y H2, etcétera). Si lo hace, Google podría penalizarle.
Si Google descubre, igualmente, que se ha creado una web falsa sólo para intercambiar enlaces, le penalizará.
El castigo oscilará desde una reducción de la calificación PageRank hasta la completa exclusión de sus búsquedas. Y, posiblemente, se lleve a cabo sin previo aviso.
Una vez omitido, volver a ser tenido en cuenta por Google no es tarea fácil.
¿Qué hacer en estos casos? El propietario de la página web puede consultar las directrices para webmasters que ofrece Google, donde podrá obtener los pasos a seguir. Básicamente, en ellas, se indica que Google debe asegurarse de que la acción ilícita ha cesado.
Una vez que hayan realizado los cambios, es necesario enviar una solicitud para que Google revise el sitio web de nuevo. Después, sólo queda esperar.
En ocasiones, lo más aconsejable (sobre todo, si la empresa pertenece a un sector muy competitivo) es recurrir a la ayuda de un especialista.
Aquí entran en juego las empresas de posicionamiento en buscadores (llamadas SEO), y algunas consultorías y agencias de márketing online.
En España, existen firmas SEO que emplean técnicas dudosas para hacerse un hueco entre los primeros resultados de Google. El problema reside en que, si el buscador lo descubre, castigará al dueño de la web, que es, en última instancia, el responsable de las acciones de las empresas que contrata.
Ante todo, se debe ser paciente. “Es imposible conseguir un buen posicionamiento y una buena reputación online de la noche a la mañana. Hay que empezar por el principio, por disponer una buena web”, comenta Pablo Rueda, director de Belou España. El proceso de llegar a los primeros puestos de un buscador puede durar entre tres meses y un año.
Para los menos pacientes, existen los llamados enlaces patrocinados, gestionados a través del programa AdWords. Se trata de pagar para que el enlace a su página web aparezca asociado a las búsquedas relacionadas con su negocio. Estos enlaces aparecen en una columna a la derecha o en la parte superior de la página de resultados, esto es, en ningún caso junto a los resultados naturales.
AdWords establece un sistema de puja por las palabras clave o key words. Las palabras más demandadas, como por ejemplo, hipoteca u hotel, tienen una mayor demanda y, por lo tanto, serán más caras. Para las pymes, Google recomienda que pujen por palabras que denoten una especialización –menos solicitadas–, como por ejemplo, escapadas, agrorural o enoturismo.
El coste depende, así, de dos factores: de cuánto esté una empresa dispuesta a pagar por una palabra, y de cuántos usuarios hagan clic sobre su enlace. Es decir, el sistema AdWords identifica los anuncios asociados a cada búsqueda y el cliente –la empresa– paga proporcionalmente al éxito del anuncio.
No todo se paga con dinero. “Si la calidad del anuncio no es buena, o si las palabras escogidas no tienen que ver con el contenido de su web, es difícil que el anuncio llegue a salir”, advierte Javier Arias, ingeniero de ventas de Google.
Cuatro consejos para llegar a lo más alto
1. Lo primero es crear una página web con unos contenidos de calidad y bien estructurados. Google valora los sitios web que disponen de varias páginas y que actualizan el contenido de un modo más o menos periódico.
2. Los motores de búsqueda no sólo distinguen los contenidos de la web ‘visible’. Una página cuenta también con capas invisibles, en las que se introducen las características del sitio online y las palabras clave que lo identificarán.
3. A su vez, si los contenidos de la página son interesantes, otros recomendarán tu enlace. Google entiende que el número de enlaces y la conversaciones en redes sociales son significativos de la calidad y la relevancia de una página web.
4. Otros factores que determinarán la relevancia de tu web ante buscadores como Google, Yahoo! o Bing son la antigüedad del dominio, el interés de los internautas por ciertos temas o el número de páginas similares existentes en la Red.
Y cuatro de las trampas más comunes
1. Una de las trampas más recurrentes consiste en llenar las capas invisibles de una web (la interfaz, visible para el internauta, es sólo una de las capas de una página web) con palabras clave o enlaces ocultos, que el buscador sí detectará.
2. Otra forma es crear un contenido doble, es decir, uno para el usuario y otro para el buscador. Esto se consigue insertando una gran cantidad de palabras clave, aunque sean irrelevantes, en los formularios (invisibles) del sitio web.
3. También se ha recurrido a máquinas que entran en una web varias veces por segundo, con el fin de aumentar el número de visitas de la página, uno de los factores que Google más valora.
4. Para engañar a Google y otros buscadores, como Yahoo! y Bing, otros optan por crear una nueva página web falsa y llenarla de enlaces hacia la que se quiere promocionar en el motor de búsqueda.
Vía Expansión
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